El aprecio del pueblo para este periódico nos ha dado ánimo y energía en los momentos más infames del país. Desde el golpe de Estado de 2009, este rotativo sufrió persecución, secuestro de personal, amenazas de cárcel, bloqueo económico, invasión a oficinas y destrucción de equipo, al menos cuatro páginas web del diario digital han sido destruidas por ciber-criminales y más de 20 ataques al sistema digital que hoy nos conecta con millones de lectores en todo el mundo.
EL LIBERTADOR ha rechazado –y seguirá haciéndolo– el soborno y la comodidad que ahorraría las noches de exhaustivo trabajo. Y la sociedad pregunta ¿Qué sigue ahora para este periódico?, la respuesta se encuentra en nuestro eslogan: “Seguiremos marcando huellas…”.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. ¡Sobrevivimos la solitaria noche de los 12 años! Ha sido obscura y criminal. Y decirlo es fácil, hacerlo ha demandado carácter firme y hasta renuncia consciente a la vida; el camino ha sido agotador y amenazante. En esas horas, el miedo y la complicidad aplaudían al poder despótico; no cualquiera criticaba a los hombres y mujeres que daban las órdenes, los que repartían los cargos y el presupuesto. Éramos tan pocos los visibles y disonantes, que fuimos siendo exterminados.
EL LIBERTADOR ha pagado con creces la auditoría social y unirse a la indignación y dolor del pueblo hondureño, defender la verdad y la dignidad de nuestros hermanos. Durante más de 18 años hemos sido un titán sosteniendo una pesada carga que se justifica con la lucha social de cada compatriota, históricamente, marginado por un sistema político y económico enemigo del desarrollo nacional, a eso, se sumaron los grilletes del golpismo y la dictadura.
El aprecio del pueblo para este periódico nos ha dado ánimo y energía en los momentos más infames del país. Desde el golpe de Estado de 2009, este rotativo sufrió persecución, secuestro de personal, amenazas de cárcel, bloqueo económico, invasión a oficinas y destrucción de equipo, al menos cuatro páginas web del diario digital han sido destruidas por ciber-criminales y más de 20 ataques al sistema digital que hoy nos conecta con millones de lectores en todo el mundo.
También, atentados criminales contra la vida y desprestigio por publicar lo que otros medios de comunicación ocultan por conveniencia de negocios, hemos sido el único medio que por más de una década mantuvo intacta su verticalidad y coherencia contra la dictadura.- Aferrado a la misión que lo vio nacer aquella mañana de 2003 cuando gritamos nosotros somos el “Primer Auditor Social de Honduras”. EL LIBERTADOR ha rechazado –y seguirá haciéndolo– el soborno y la comodidad que ahorraría las noches de exhaustivo trabajo. Y la sociedad pregunta ¿Qué sigue ahora para este periódico?, la respuesta se encuentra en nuestro eslogan: “Seguiremos marcando huellas…”.
Nuestro amado escritor, Julio Escoto, viendo en el horizonte las dos décadas de brega de EL LIBERTADOR, escribió: “En aquel momento de creación pocos de sus fundadores habrán percibido que la contienda sería densa y prolongada, tanto como la existencia de la República –su gran fin– lo exigiera. A lo largo de décadas tendría que faenar sobre cientos de molinos de viento, que es decir de potencias, intereses y poderes vesánicos, malvados. Contra las serpientes más coloridas, fugaces y mortales, que son las de la coima y el cohecho, y contra los tigres de la corrupción. Más grave quizás, contra el ácido que destruye como ninguno otro la fe, el ánimo y el entusiasmo, y que es la envidia humana”.
“No basta, pues, poner un título así –EL LIBERTADOR– sino que hay que ganarlo, como valientemente, con todos los honores, han hecho Jhonny Lagos y su equipo de colaboradores. Así como defenderlo con la verdad persistente y la persistencia de la honestidad. EL LIBERTADOR, este el nuestro moderno, arriba ahora a casi dos décadas de cumplimiento dejándonos saber a aquellos a quienes el amor por Honduras nos talla la frente, que hay esperanza porque aún hay resistencia y que esta nación querida se aproxima a su momento culmen de liberación gracias a aquellos que, como este medio valioso, no cejan ni abandonan ni traicionan su misión”, ha dicho el prestigioso narrador hondureño, respetado en nuestro país y en el universo de las letras.
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