El saliente Gobierno de Honduras sigue indiferente a cuidar vidas, en 2021 la pandemia cobró la vida a más de 7,300 hondureños y el crimen acabó con más de 3,600 –hasta el 29 de diciembre–, según datos oficiales; en celebraciones de fin de año no destacó la “navidad segura”.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. La sociedad hondureña sigue expuesta a la extinción, el crimen y la pandemia no descansaron en fiestas navideñas y de fin de año, la política de salud y de seguridad del saliento Gobierno continúo indiferente e indolente al luto de las familias.
En tanto, el Covid-19 superó con creces las cifras de muertes violentas, de acuerdo con el informe de la Secretaría de Salud, en 2021 el virus arrebató la vida a más de 7,300 hondureños, en total desde que la llegada del virus al país han perecido 10,432 personas; sin embargo, la cifra podría ser dos o tres veces más de acuerdo con registros de funerarias privadas.
Cabe señalar que pese a los golpes del crimen y del virus, el actual gabinete de Juan Hernández, no ha mostrado interés por cerrar su ciclo con empatía hacia los hondureños que, tras 12 años de gobiernos del Partido Nacional, han sido sofocados por las muertes violentas.
A esto se suma que otra vez el país ha entrado en crisis por la vacuna contra el Covid-19, ya que muchos centros donde se aplica la dosis de refuerzo están quedando sin el fármaco por la gran afluencia de personas que buscan protegerse de la nueva variante Ómicron que ya golpea con fuerza a la humanidad.
Además, no se puede obviar que será perjudicial no contar con centros de triaje que siguen cerrando y los miles de trabajadores de la Salud que han sido despedidos desde noviembre pasado, considerando que ante el descuido en esta temporada, incide directamente en las vidas que podrían perderse.
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