Para el historiador y analista social, Edgar Soriano, el gobernante Partido Nacional está dando “manotadas de ahogado” frente a la coalición opositora recién firmada, desde hace una semana su campaña publicitaria se ha basado en señalar que Xiomara Castro, traerá el “comunismo”, sin comprender todas las dimensiones de ese sistema.
Soriano ahondó que los nacionalistas están demostrando su desprecio a la población más excluida, porque cada propuesta que busca mejorar la realidad de país, en crisis profunda desde hace 12 años, es tachada de comunismo o chavismo.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. El desgaste, los señalamientos de vínculos con el crimen y la incapacidad del Partido Nacional, han provocado su declive, ésta realidad supera cualquier manipulación sobre la población, y ante la consolidación de la unión de oposición, han apelado al gastado y absurdo discurso del anticomunismo, dejando al desnudo su falta de propuestas y desesperación; así lo expuso el historiador y analista social, Edgar Soriano.
El reconocido académico explicó a EL LIBERTADOR que el agotado discurso anticomunista ha servido a las élites en los últimos 100 años, para evitar que el país se encamine hacia reformas profundas a beneficio de la mayoría, así como el fortalecimiento democrático y mayor participación de los sectores marginados históricamente.
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En ese contexto, los nacionalistas han iniciado una campaña de carácter excluyente y sectario; que al carecer de verdaderas propuestas para desarrollar el país, han optado por desprestigiar el deseo de justicia social que la población clama, así como cualquier otro intento de reforma, tildándolas de “comunista” sin entender realmente la dimensión total del sistema.
“Libertad y Refundación tiene un plan de gobierno con personas como Hugo Noé Pino por ejemplo, un prominente economista y hombre de Estado; que ha entablado una propuesta económica: sacar a este país del atolladero fiscal y del desastre de legitimidad institucional. Si leemos la propuesta, no están impulsando ninguna propuesta comunista”, amplió Soriano.
Asimismo, aclaró que los nacionalistas no buscan tanto infundir miedo en la juventud, una generación que ya no pertenece a las estructuras partidarias tradicionales ni creen en esos discursos pasados; sino en la población rural.
“Entendemos que ese discurso llega a cierto segmento de la población que aún vive en lo tradicional, producto de la marginación y la pobreza del país. Por eso apelan a meter algún miedo sobre todo en las áreas rurales, donde está el grueso del electorado que ellos pueden comprar o manipular”. A su juicio, esto manifiesta desesperación “al sacar sus calculadoras y que no les cuadre los votos que ocupan”.
El profesor recordó que desde 2009, el discurso sobre el “chavismo en Honduras” ha sido repetido incansablemente; y actualmente se ven secuelas en la conducta de la dirigencia actual del partido de Gobierno, que hunde las raíces en la historia antirreformista, temerosa a los cambios e incapaz de aportar al país.
“Esto del comunismo, defender los valores y la familia está algo desgastado; recordemos gobiernos como el de Villeda Morales y Rodas Alvarado, removidos precisamente por el temor a las reformas y tachados de ‘comunistas’. Recientemente el golpe de estado contra Manuel Zelaya desencadenó un caos que el pueblo hondureño ha tenido que soportar luego de 12 años”, añadió el historiador.
En cuanto a la efectividad de esta campaña nacionalista, el académico señaló que no surtirán efecto, pues ante las puertas de un proceso electoral “los argumentos del régimen han perdido vigencia y ahora apelan a campañas del miedo. Creo que si analizamos las últimas tres campañas electorales generales, han estado marcadas por el miedo y manipulación, y no por el tema de generar propuestas a la población”.
Finalmente, Soriano señaló la necesidad de una nueva ley electoral que a futuro penalice estas campañas de difamación: “No debe existir este tipo de propaganda tan absurda, más bien deben plantear a la población planes de gobierno y propuestas de cambio, pero estar enfocados en atacar y descalificar a las personas es inadmisible”.
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