El jefe de prensa de la selección hondureña, Edwin Banegas, informó que la Federación ya envió un documento oficial a la FIFA por el ultraje del pabellón nacional, que el pasado domingo fue arrebatado con violencia a un grupo de aficionados en el estadio Cuscatlán de El Salvador.
“La Federación ya ha dirigido las comunicaciones correspondientes a la FIFA, a través de nuestro secretario, el abogado José Ernesto Mejía”, dijo el vocero de “la H”, y agregó que la Fenafuth comprende que se trata de un hecho aislado de un antisocial, por lo que mantendrá su posición de buen trato a los conjuntos y aficiones visitantes durante la eliminatoria mundialista.
Por otro lado, el periodista salvadoreño, Jerry Quijada, difundió que un “aficionado de primera”, identificado como Carlos, guardó el símbolo patrio y ha comenzado gestiones para devolverlo a los fanáticos agredidos.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. El juego entre El Salvador y Honduras correspondiente a la octagonal final de las eliminatorias al Mundial de Catar 2022, fue noticia por situaciones alejadas del encuentro deportivo, un fallo en el sistema eléctrico del Estadio Cuscatlán detuvo el partido por varios minutos, antes de iniciada la justa, el salvajismo se ensañó con los aficionados hondureños.
Quienes visitan el Cuscatlán, según reportes de prensa, entran a tierra hostil, el coloso de la capital salvadoreña también juega para presionar a deportistas rivales y pone un color único en el mundo, que por la pandemia, no se ve ni en los tradicionales “templos del fútbol” en Europa.
El pasado domingo los actos lamentables no faltaron, el buen ambiente quedó empañado cuando en redes sociales se divulgó un video donde se aprecia el maltrato que dos antisociales infirieron a aficionados “catrachos”, actuando como bestias salvajes, entre el júbilo, los sujetos arrebataron una bandera hondureña y la lanzaron a la parte baja de las graderías, la acción se celebró como gol.
La indignación de hondureños no tardó en llegar, ya que se manchó el espectáculo deportivo y, peor aún, quedó la mecha encendida para el partido de vuelta que se jugará el sábado 29 de enero de 2022, lo más probable en San Pedro Sula, ciudad que siempre figura entre las más violentas del mundo.
La amenaza de que se repita una situación externa al juego, es latente. Y aunque las eliminatorias de Concacaf tienen el sello de la intimidación, no se puede obviar sucesos del pasado, justamente en 1969 ambas naciones disputaron el boleto al Mundial de México en 1970, tanto en la ida como la vuelta se reportaron actos violentos e incluso hubo muertes, tres semanas después estalló “La Guerra de las 100 horas”.
Al respecto, EL LIBERTADOR entrevistó al jefe de prensa de la Federación Nacional Autónoma de Fútbol de Honduras (Fenafuth), Edwin Banegas, para confirmar si la institución había presentado una queja formal a la FIFA, considerando que se puso en peligro el desarrollo del partido y se ultrajó un Símbolo Nacional.
Banegas mencionó que aunque el suceso ha sido deplorable, pero que la Fenafuth ha entendido como un suceso aislado de parte del antisocial, “que no corresponde a lo que existe entre los dos pueblos, es un hecho aislado que indigna por la falta de respeto”.
Recalcó que: “La Federación ya ha dirigido las comunicaciones correspondientes a la FIFA, a través de nuestro secretario, el abogado José Ernesto Mejía, más allá de lo ocurrido con nuestra bandera, que es un irrespeto a nuestro símbolo patrio, lo deploramos, pero entendemos que es un hecho aislado”.
Asimismo, adelantó que el presidente de Fenafuth ya giró instrucciones para dar condiciones de ser buenos anfitriones con todos los países involucrados en la etapa final de las eliminatorias mundialistas: “Recibirán de parte nuestra y de nuestra afición las atenciones que corresponden un Fair Play que predica la FIFA y nuestra federación”.
Al tiempo recordó a los aficionados hondureños que deben dar vuelta a la página para no ser hostiles con los salvadoreños que vengan a San Pedro Sula: “Para nosotros las cuestiones de fútbol se resuelven en el terreno de juego y las acciones a las que se refiere quedaron en el pasado, nuestro presidente Jorge Salomón mantiene esa política de buen trato a nuestros visitantes”.
Sentenció que San Pedro Sula, donde se juegan los partidos de eliminatoria, se ha caracterizado por el respeto del rival más allá de lo futbolístico, además señaló que compartirán la nota enviada a la FIFA una vez reciban respuesta del máximo organismo del “deporte rey”.
En su cuenta de Twitter, el cronista adjuntó una captura de pantalla de su chat con Carlos y una fotografía de la bandera hondureña, en la conversación el aficionado le comenta que tiene la intención de devolverla.
“¡Los salvadoreños buenos somos más! Me escribe Carlos, y me dice que tomó la famosa bandera de Bandera de Honduras (después de pasar por varias manos) que irrespetuosamente les robaron a aficionados hondureños. Ayudemos a encontrar a los hermanos hondureños y la devolvemos en muestra de hermandad”, dijo Quijada.
Carlos se ha ganado el respeto de los hondureños, incluso en su país ha sido aplaudido por buenos aficionados, por su acto ya ha sido premiado por la marca deportiva Piooner e incluso ha sido invitado al restaurante “Catrachos” del hondureño León López Cabrera.
A la fecha, el “aficionado” que arrebató el pabellón nacional, no ha emitido una disculpa pública en redes sociales o a través de la prensa salvadoreña.
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