Las elecciones del próximo 28 de noviembre, simbolizan –como en cada proceso– aires de cambio, pero también un punto sin retorno, el último quizá y, desde la política jurásica nacionalista, se intenta poner un bozal a las magistradas Rixi y Paola, pero las valquirias del CNE son bravas, rompen la tradición azul de contar los votos a su manera y, hoy, son el embudo para salvar la nación entera, el “28N2021” ya no se trata sólo de elecciones, la muerte ronda y el Valhalla “is comming”.
Los “neutrales” de la oposición se equivocan, no hay dignidad en intentar ganar simpatizantes hablando de buenos “activistas azules”, “amos del capital” y militares “buenos”, el sistema implantado en Honduras no es disfuncional por los corruptos, por los malnacidos, mírelo a la inversa, la corrupción es el sistema, que como serpiente se traga todo, contamina todo desde que viene en el aire, por eso mismo, indiferente al dolor de un pueblo en luto por el crimen, la miseria, el desempleo y cómplice del virus. Deje de andar repitiendo esa tontería de “institucionalidad”, hasta fea es esa palabra.
Reflexión
EL LIBERTADOR
redaccion@ellibertador.hn
Tegucigalpa. Una oxidada pared se despedaza, lo que alguna vez fue verde hoy es gris y llueve sobre esta ciudad incrédula y confundida, un llanto rasga la realidad: “Mi mamá murió simplemente porque somos pobres, si ella fuera otra persona, si ella tuviera cuello y contactos, no la hubieran dejado morir”, –reclama y sufre desconsolada una hija que, como copia que se repite a cada instante desde hace 17 meses, vio a su progenitora perder la vida por culpa de un cupo en un hospital, por falta de oxígeno de alto flujo y pulmones invadidos por el virus del Covid.
Mientras tanto, desde México un dulzón Juancito, en su mundo sideral juega con un avión de juguete ¡ahora los hondureños pueden viajar barato! –gime el extraterrestre y distraído gobernante, a muchos miles de metros de altura de la realidad de su gente. La estupidez tiene un precio, y los hijos lloran a sus padres y éstos a sus hijos y así se extiende la cadena mortal de un virus que no discrimina a nadie y, peor, si se lo permiten, igualito a muchos políticos descarados y letales en el cuerpo de Honduras.
Jörmundgander, en la mitología nórdica, es la serpiente que enrolla al mundo y cuando el Ragnarök (fin del mundo) llegue se arrastrará fuera del océano y envenenará los cielos, de sus fauces pululará el veneno y reptará entre el fuego. En Honduras la corrupción es como esa serpiente malsana que contaminó cada uno de los órganos que conforman el cuerpo, Salvador Nasralla se equivoca al creer que lo malo del sistema es la corrupción, que sólo se debe limpiar de los corruptos; por favor, amigo y amiga, mírelo al revés, en Honduras ¡La Corrupción es el sistema!- Ya dejé de andar repitiendo esa tontería que los malos hondureños han contaminado a la “institucionalidad”, noooo hooombreee, ¡la corrupción es la institucionalidad!
Y, como ese réptil nórdico, se arrastra a los pies de hombres y mujeres, los que sucumben se llenan de prosperidad, zafiros y rubíes, únicamente deben pararse sobre el rostro de los millones de hondureños que mueren en desdicha. Todo ser de bajeza que usa sotana, cinta presidencial o uniforme militar para destruir, es un maldito y pagará lo hecho. Alguien dijo una vez, que la corrupción solo muerde a los pies descalzos y aquí descansa la figura. ¿qué pasaría con los corruptos si la moral, la ética y la virtud fueran el sistema? Aahhh, entonces estarían presos, nunca serían funcionarios ni ricos y andarían en la calle pidiendo para el bus.
El crimen devoró lo que pudo ser “democracia”, por cierto, leaaa Chiqui, tampoco ande repitiendo esa palabra, para que haya democracia, es requisito que primero haya república, o sea, respeto del imperio de las leyes, sin ésto, es imposible que una sociedad salte a que el pueblo determine su propio rumbo, la Nación que desea ¡Vaa! No les explico más, métanse a Wikipedia. Mejor sigamos; las instituciones cayeron una a una en las patas de los malnacidos, se envenenó el agua de la justicia y ya no era ciega, los poderosos en los grandes salones rieron de los pobres (léase empobrecidos como estrategia de control), desbordados en las orillas de las horrendas riquezas, mientras un descalzo imperceptible les servía las copas de uva fermentada.
Los niños no fueron a las escuela sino a los semáforos a pedir y los hospitales cerraron las puertas a los moribundos, los imbéciles hablaban y los genios callaban, la esperanza se escapó en la caja de Pandora con los Pandoros y, finalmente, con el cuerpo de Honduras sobre una mesa, comenzaron a repartirlo y venderlo como tajo en carnicería. La corrupción es dueña y señora de estas tierras y quien se atreva a decir lo contrario hay fosas comunes para guardarlo, donde no tendrá derecho a que sus restos tengan un nombre. Los asesinos hoy mandan, el crimen es la ley y la noche profunda es un túnel sin aparente salida, si usted y yo así lo queremos.
Y en este contexto y sucio escenario, con bravucones que asumen son dueños de Honduras, vamos a elecciones y nos piden ser armoniosos y civilizados, como si no reinaran las bestias desalmadas, los que saltan en los foros matutinos orquestados con maledicencia que los buenos sean siempre uno y los malos sean cuatro, que los canes al servicio de la corrupción ladren y muerdan hasta quebrar colmillos, sólo sus chillidos se escuchan y parece que vomitan la verdad, la única verdad, mientras el periodista con mueca sonríe, descansa por fin la marioneta cuando el titiritero lo deja, ya arrugada, vieja y desgastada. “Todo está bien, para ir a elecciones, sólo son unas cositas las que faltan ¿verdad Toño? ¿verdad Tomas?” Y asustado pregunta al amo ¿Lo hice bien mi señor? Sólo un empleado soy, apenas eso…
¡Estamos en crisis! ¡Nos quieren poner un bozal! Gritan las valquirias desde el Consejo Nacional Electoral (CNE), dos mujeres dispuestas a no obedecer el patriarcado y machismo nacionalista, que busca someterlas, callarlas y humillarlas, que, al no poder eso, las amenaza con seis años de prisión, porque nunca imaginaron que fueran dos mujeres las que sostendrían el último bastión de dignidad nacional, Rixi y Paola decidieron romper una tradición de compadrazgo entre hombres sucios, una llamada, un mensajito, un maletín gordo, como otros lo han recibido o pedido y asunto arreglado ¡Fiesta electoral!; entonces salieron todos los “machitos” azules a decirles que debían callarse y sólo dejar hablar al hombre, para que diga quién gana o quién pierde, ¡cuánto les gustaría ponerles un delantal y mandarlas a la cocina! Dinosaurios en el Congreso y jurásicos en los derechos elementales de las mujeres.
¿Y qué esperaríamos? Que el primer apoyo lo encontraran en las ONG’s de feministas, que llevan décadas llenando salones hablando del “empoderamiento”, de las injusticias y como los hombres copan las instancias de poder ¿Qué pasó? ¡Puff! ¿Esa acción de Rixi y Paola no las interesa? Los organismos internacionales sólo financian países en crisis, para pintarse el pelo en rosa, blanco o azul, pero no para la lucha real, no para que las mujeres contra-sistema alcancen poder real ¿No es más congruente Welsy Vásquez, Gladis Aurora López o Sara Medina y su famosa frase “Hay que ver también por qué las violan a las mujeres”? Aquellas grandes mujeres, las que de verdad luchan y lucharon con criterio de lucha nacional por un cambio radical auténtico como Gladys Lanza, Visitación Padilla, Berta Cáceres, Margarita Murillo, Jeanette Kawas, Teresina Rossi y aquellas mujeres rebeldes que encarceló el dictador Tiburcio Carías, todas tomaron decisiones, posturas políticas claras y no una cómoda, miope y vividora visión “oenegeista”.
El próximo lunes el Congreso se reunirá y tratará tres temas: Préstamo para el Registro Nacional de las Personas, decreto para la contratación directa del Consejo Nacional Electoral y el presupuesto; han maquinado contra estas dos mujeres que son el embudo para salvar un país, el juego ya no es sólo por elecciones el próximo noviembre, es porque la muerte ronda Honduras, en forma de mediocridad y corrupción, es el sistema de los imbéciles que se sienten funcionarios, que berrean en los foros y les permiten se malcriados, con mediocres resultados, sin discusión. Quizá estas elecciones, sea justamente, el último punto sin retorno para Honduras, quizá sea lo mejor, lo que siempre pasa, los enemigos del pueblo lo orillan, lo obligan a construir su propio sendero por donde ha de saltar a un momento superior de su historia.
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