El maestro Rommel Baldemar Herrera ha sido puesto en libertad definitiva, así lo ha informado el Cofadeh a través de su portal defensoresenlinea.com; el docente pasó dos años en prisión al ser acusado como terrorista por participar en una movilización de la Plataforma de Defensa de la Salud y la Educación frente a la embajada de Estados Unidos.
Redacción/ EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. Ayer, después de dos años y cinco días en prisión, acusado como terrorista por participar en una protesta de la Plataforma de Defensa de la Salud y Educación, el maestro Rommel Baldemar Herrera, recobró su libertad definitiva, según reportó el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh).
El docente participó en la protesta del 31 de mayo de 2019 frente a la Embajada de los Estados Unidos en Tegucigalpa, por fotografías y videos de vigilancia del lugar, la Policía lo identificó y procedió con su arresto, 24 horas más tarde un juez lo acusó de “incendio agravado” y se basó en la “Ley Antiterrorista” para enviarlo a una prisión de máxima seguridad.
Cabe recordar que el agregado 335-B, aprobado por la sugerencia del exdiputado nacionalista Óscar Álvarez, entró en vigencia en febrero de 2017 y, de acuerdo al análisis de expertos, fue un arma del régimen de Juan Hernández para desarticular la protesta social pensando en el rechazo social a su aspiración reeleccionista, consumada en diciembre de ese año y que desató una ola de protestas y asesinato de civiles –reconocidos por la ONU–.
En ese contexto, el Cofadeh cuestionó desde el primer momento –al igual que lo ha hecho con otros casos aún sin resolver– que el maestro Rommel no tenía que haber sido enviado a una prisión de “máxima seguridad”, ya que estos centros se construyeron para retener a capos de droga, pandilleros y criminales de “alta peligrosidad”.
Tras cuatro meses en “La Tolva”, el maestro presentó afecciones por la tortura de estar encerrado con criminales peligrosos, según reportó Cofadeh presentaba conducta depresiva, alucinante y con tendencia suicida, por esa razón fue trasladado al Hospital Mario Mendoza, donde permaneció recluido hasta su libertad.
Herrera, que ya había sido condenado a cuatro años de prisión, pudo retirarse a su hogar luego de que un juez aprobara la solicitud de conmuta que presentó su apoderada legal, Karol Cárdenas, ya que éste ya había cumplido la mitad del tiempo en reclusión.
“Fui imputado injustamente desde el 31 de mayo de 2019, pero Gracias a Dios Salí de todo este infierno”, dijo el maestro tras salir del clínico ubicado en Tegucigalpa. Pese a lo que vivió en prisión, aún indignado por la situación de país, envió un mensaje a la sociedad hondureña: “»No luchen si no lo van a hacer de corazón».
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