

35 millones de chinos, entre soldados y población civil entregaron su vida, entre el 18 de septiembre de 1931 y el 3 de septiembre de 1945, durante esa gesta heroica que liberó a China, para siempre, de la crueldad japonesa, alimentada por las ambiciones de expansión imperial; hoy, se conmemora como la “La Victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y la Guerra Antifascista Mundial.
El triunfo de Aliados y la recuperación de China de sus territorios, también fue celebrada en Honduras, un ejemplo fue Puerto Cortés, donde celebraron a lo grande con baile incluido. La rendición de Japón y la victoria de China, dieron paso al final a la Segunda Guerra Mundial y, su victoria eterna, marcó un antes y un después, luego de esa guerra brutal, China pasó de una profunda crisis a una era de prosperidad y paz.
En el presente, China ha propuesto ante la ONU, la construcción de una comunidad para toda la humanidad, plantea configurar nuevas relaciones internacionales basadas en nuevo humanismo y en la reconfiguración de instituciones internacionales de carácter global, y los principios y valores con que deberían regirse. Este nuevo paradigma propuesto por China se sustenta en necesidades mundiales y amenazas constantes de guerra.
Alex García Arias
Análisis
EL LIBERTADOR
Este 3 de septiembre, la República Popular China ha conmemorado el 80º aniversario de la victoria de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y la Guerra Antifascista Mundial. Esta gesta heroica aconteció entre el 18 de septiembre de 1931 y el 3 de septiembre de 1945, fue uno de los eventos bélicos más brutales en la historia de la humanidad, donde perdieron la vida más de 35 millones de chinos, entre soldados y población civil. Esta guerra, que comenzó ocho años antes de la Segunda Guerra Mundial, no fue mas que el reflejo de las ambiciones expansionistas e imperiales de Japón, que en un intento por apoderarse del territorio chino, pretendió capturar y someter la población de las ciudades principales, aprovechándose de que China atravesaba disputas internas entre nacionalistas y comunistas por aquellos años.
Ante el cruel avance japonés, China logró, a un precio muy alto en vidas humanas, resistir estoicamente y recuperar sus territorios ocupados, emergiendo bajo el liderazgo del Partido Comunista de China, ya que los nacionalistas, quienes también habían resistido al comienzo, fueron perdiendo la confianza del pueblo, debido a la misma guerra y a la inflación que también los azotaba. La resistencia heroica del pueblo chino, que comenzó desde el 18 de septiembre de 1931, día en que los japoneses comenzaron sus ataques brutales, terminó en septiembre de 1945, cuando junto al apoyo de potencias como la Unión Soviética, Reino Unido y Estados Unidos, hicieron que los japoneses se rindieran incondicionalmente el 15 de agosto de 1945 y posteriormente firmaran el Acta de Rendición el 2 de septiembre de 1945, lo que significó el fin de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino Contra la Agresión Japonesa y marcó también la conclusión de la Guerra Antifascista Mundial.


Por su parte, la República de Honduras, que por esos años estaba gobernada por el general Tiburcio Carías Andino, no era un secreto su afinidad con los Estados Unidos, razón por la cual le declaró la guerra primeramente a Japón y luego a Alemania durante el mes de diciembre de 1941, mostrando de esta manera su apoyo a los Aliados, coalición militar liderada por la Unión Soviética, Reino Unido, Estados Unidos, Francia y China. Motivo por el cual la noticia de la rendición de Japón a comienzos de septiembre de 1945, fue celebrada como una victoria por el gobierno hondureño, quien mediante decreto expresó que, esta era una victoria total de la humanidad contra las fuerzas totalitarias, por lo que se declaró el 2 de septiembre, día de la rendición de Japón, como un día de Fiesta Nacional.


El triunfo de los Aliados y la recuperación de China de sus territorios, también fue celebrada por las poblaciones de origen chino establecidas en Honduras, un ejemplo de ello fue la de Puerto Cortés, donde celebraron a lo grande con baile incluido. La rendición de Japón y la victoria de China, dieron final a la Segunda Guerra Mundial, y sin duda que esta gran victoria del pueblo chino en contra de la agresión japonesa y el avance del fascismo en el mundo, marcó un antes y un después, ya que China luego de estos sucesos, pasó de una profunda crisis, que venía arrastrando desde hacía muchas décadas, a una era de prosperidad y paz.
En cuanto al presente y futuro, China ha propuesto ante las Naciones Unidas, la construcción de una comunidad de futuro compartido para toda la humanidad, en la cual se plantea la propuesta de configurar nuevas relaciones internacionales, basándose en un nuevo humanismo, y en la reconfiguración de las instituciones y organismos internacionales de carácter global, y los principios y valores con que deberían regirse. Este nuevo paradigma propuesto por China obedece a las necesidades mundiales y la amenazas constantes de guerra.