ANÁLISIS / LA GUERRA Y LA PAZ, EN LA HISTORIA RECIENTE DEL MEDIO ORIENTE: ISRAELITAS Y ÁRABES

Gaza es un gran campo de exterminio, sin agua, sanidad, alimento ni medicina. –Israel comete genocidio sustenta ONU—, registros internacionales revelan más de doce mil niños muertos en bombardeos y muchos morirán de hambre como sobrevivientes de cámaras de gas. El Senador Bernie Sanders denuncia que EUA ha financiado esa guerra en los últimos dos años ¡Con más de 22 mil millones de dólares!, analiza el historiador y diplomático hondureño, Rodolfo Pastor Fasquelle.

“El Israel de hoy ya no es el de 1982. Ya no tiene freno ni pena; se ha quitado la máscara y la camisa de fuerza, de cierta forma ha dejado de ser país democrático”. “La Asamblea de ONU y la Corte Penal Internacional, califican con toda crudeza la actuación de Israel en Gaza, como destrucción criminal de la población civil. Es consenso total y abundantemente documentado. Se oponen y abstienen de condenarlo los países chantajeados y quienes no quieren ver”, cita Fasquelle.

“Desde 1948, Israel ha sufrido la ira del palestino, decidido a defenderse contra el despojo de su patrimonio y derecho, contra la crueldad humillante del apartheid y la colonización de territorios que ocupó por un milenio. Igual, ha sufrido Israel el terrorismo de sus propios fanáticos… Y, en el proceso, deshumanizados todos, han cometido cada vez más excesos, cada vez más desastre y sufrimiento sin distinguir a culpables e inocentes”.

Rodolfo Pastor Fasquelle
Embajador de Honduras en Corea del sur
Para Akiva, Antoine y Khaled, para Mati, Ziggy y Sergio.
EL LIBERTADOR

CONTRA LA VISIÓN NORMATIVA Y LA MIRADA CORTA, UNA VISIÓN HISTÓRICA

La repetida expresión de las pasiones y de los conceptos justificatorios de cada uno de los contrarios a veces da la impresión de que –en su confrontación– no transcurre el tiempo, más bien se escenifica un ritual sutil. La ley tampoco explica la guerra, porque Ante la guerra, la ley calla, decía Cicerón. Y el periodismo sucumbe a una misión imposible ante la Guerra, la de resucitar a la verdad, que fuera su primera víctima letal, con un cúmulo de fragmentos de información contradictoria.

Se rumora que, después de manifestaciones masivas (un millón de personas) en su contra, Netanyahu aceptó una negociación que se iniciará en Egipto; mientras al mismo tiempo, anulando esa posibilidad, trascienden planes israelíes de colonizar Gaza. Hamas anuncia que aceptó una propuesta —vía Witcoff— de (el candidato al Nobel) D. Trump para negociar, con mediadores árabes, Qatar incluido, la liberación de rehenes a cambio del cese al fuego inmediato. Hamas asegura haber asentido. Trump escribe en su red que Israel aceptó y que Hamas no responde, y le da un ultimátum. Acto seguido, explotan bombas israelíes sobre la delegación de Hamas en Qatar. La Casa Blanca declara que Trump ¿trató de avisarles? Y el Presidente declara que ¿está molesto con Netanyahu? ¿Really? Pobrecito.

Doctor Rodolfo Fasquelle, autor del artículo y actual embajador de Honduras en Corea del Sur.

El problema es que no es una máquina, si no un monstruo la guerra, engendrada por el creador del Estado y la civilización, y en ese afán; chilla y bulle, respira, madura y envejece, perdura, enloquece, destruyendo en el proceso a quien la ha creado, física y moralmente, y muta.

Hoy la guerra en el Medio Oriente tiene una complejidad y centralidad que exige más que estudios legales, periodismo o análisis internacional casi esotérico, de las relaciones ocultas entre las partes. Exige descubrir los motores primarios del conflicto y los obstáculos profundos para la paz, con conocimiento de la historia y comprensión dialéctica de los sucesos, los actores y sus intereses irrenunciables, los falsos y verdaderos liderazgos.

Prefiero contra Israel citar a judíos que no pueden ser acusados de antisemitas. El líder Bernie Sanders, de origen hebreo denuncia la guerra con claridad como etnocida en el Senado en Washington. El historiador Noah Harari ha dicho que lo que hace su país en Gaza es la segunda gran tragedia judía moderna, después del Holocausto, porque traiciona la esencia del judaísmo. Noam Chomsky recuerda el origen del conflicto, precipitado por el afán imperialista que indujo la colonización.

Ante los palestinos convoco a quienes no puede desconocer su pueblo: el filólogo Edward Said (1935–2003) que también fue miembro del Consejo Nacional Palestino (1977–1991) y criticó los errores del liderazgo; Sari Nusseibeh (1949– ) el filósofo y rector, que representó al palestino en Jerusalén durante la Primera Intifada, pero advirtió contra la violencia estéril que además desautoriza, diciendo Una piedra lanzada por un niño puede ser tan destructiva para nuestro futuro como una bala.” Y Mahmud Darwish el poeta nacional palestino que también fue miembro del Consejo Ejecutivo de la OLP en los 80 y sentenció que su pueblo merecía mejor destino del que ofrecían sus dirigentes.

Otros muchos miran la tragedia con los ojos abiertos secos, quemados por la luz.[1] Pero hay que estudiar la raíz profunda, el trasfondo oculto y la evolución de hechos que condujeron a la crisis mayor de esta historia de dos pueblos sufridos.

Un palestino observa derrotado la destrucción causada por los ataques de Israel.

El pecado original y sus consecuencias

Al judío antes de 1931, lo persiguió el europeo por un milenio con pogromos. Se los culpó en la Europa medieval de pestes y calamidades. El rey católico expulsó al sefardita en 1492, para depurar la fe de sus vasallos y la Inquisición quemó vivos a los sobrevivientes prófugos. Luego las coronas que lo habían llamado para que organizar sus tesorerías, expulsaron al askenazi hasta arrinconarlo en el Este, germánico y eslavo en donde los intentó exterminar el nacional socialismo.

En ese mismo lapso, al paso por sus campos obligados… los conquistadores de Levante, de una y otra religión e imperio, cruzados y defensores de los santos lugares atropellaron y persiguieron al palestino. A quien el régimen Otomano intentó después despojar de sus hogares y propiedades por medio de una reforma fiscal (1858). Los persiguió y masacró el refinado inglés, cuando protestaron los designios coloniales (1929 1939) de crear otra nación sobre su territorio.

Desde 1948, Israel ha sufrido la ira del palestino, decidido a defenderse contra el despojo de su patrimonio y derecho, contra la crueldad humillante del apartheid y la colonización ajena de territorios que ocupó por un milenio. Igualmente ha sufrido Israel el terrorismo de sus propios fanáticos, asesinos, la metralla de los radicales que también ha segado a incontables vidas de palestinos inocentes. Y en el proceso, deshumanizados todos han cometido cada vez más excesos, provocado cada vez más desastres y sufrimientos sin distinguir a culpables e inocentes.

La raíz más profunda del conflicto actual es la interpretación equivocada del sionismo desde sus inicios, del anuncio inglés de dividir Palestina en dos estados étnicos.[2] Ese concepto estaba enquistado en ambas partes cuando expiraba la Segunda Guerra, y ya se formaban milicias y ejércitos en preparación de la independencia. Los judíos planificaban establecer un Estado en el que los palestinos, siendo mayoría, tendrían derechos de minoría. Leopoldo Moncada señala que líderes sucesores como Weismann, Sharret, Rabin y Netanyahu heredaron la idea de una nación exclusiva enarbolada por Ben Gurion.[3]

Gaza es condierada una zona bajo hambruna severa.

Mas perspicaz que los hombres de Estado y los internacionalistas académicos de entonces, la filosofa Hanna Arendt, ya había advertido sin embargo desde 1942, que ese concepto de exclusividad era el origen del antisemitismo europeo, que el proyecto de Estado judío excluyente avivaría el antisemitismo panárabe y que, siendo imposible expulsar a los palestinos mayoritarios, se impondría un apartheid, y el derecho disminuido de los palestinos haría inviable la democracia real y obligaría a Israel a depender de otra potencia para su seguridad.[4]

Ese era el huevo del basilisco: engendro del racismo y del injerencismo. En términos groseros, la dependencia transformaría a la patria judía en colonia virtual, en peón de otro juego. El racismo convertiría al vecino incomodo en enemigo nacional, de raza y religión. En muchos lugares del viejo Levante, se persiguió por entonces a los judíos. Y se había generado una relación internacional perversa.

Tiene razón Salvador Moncada cuando clasifica la guerra en Medio Oriente como guerra con proxy, recurso preferido de la confrontación entre potencias desde el inicio de la Guerra Fría, simultaneo con el nacimiento de Israel. Aunque se las presente como cruzada, de civilización contra barbarie, de la democracia contra autoritarismo, las guerras del Medio Oriente han sido guerras para inducir o impedir acciones convenientes desde la perspectiva externa.[5] Se libran con recursos y asesoría de bloques antagónicos, que llevaron armas al Levante y proveen servicios estratégicos para la guerra entre Israel, los países árabes y después las facciones y organizaciones irregulares. En el término de mi propia vida, en medio de una continua zozobra se han escenificado ahí cinco guerras y dos movimientos guerrilleros.

BREVE HISTORIA MILITAR DE CINCO GUERRAS, DOS GUERRILLAS Y SUS DIFERENCIAS

1948–1949: la Guerra de la Independencia / o de Nakba
El 14 de mayo de 1948, sustentados en la Resolución 181 de la ONU, los judíos proclamaron el Estado de Israel. La mayoría árabe fue expulsada o desplazada y se convirtió en refugiada, mientras los ejércitos árabes vecinos intentaban impedir el nuevo Estado. Para los israelíes fue la guerra de independencia; para los palestinos, la Nakba, una guerra de resistencia…

1956: la Crisis de Suez o Guerra del Sinaí
Tras la nacionalización del Canal por Nasser, Reino Unido y Francia conspiraron con Israel contra Egipto. Israel invadió el Sinaí, pero la presión conjunta de Estados Unidos y la Unión Soviética obligó a la retirada. Fue la primera vez que la Guerra Fría se proyectó abiertamente en Medio Oriente, para mal, y para bien.

1967: la Guerra de los Seis Días
En junio de 1967, Israel lanzó un ataque preventivo contra Egipto, Siria y Jordania, derrotándolos en menos de una semana. La victoria le permitió ocupar Sinaí, Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este y los Altos del Golán. Millones de palestinos quedaron bajo ocupación militar, refugiados en su propia tierra.

1973: la Guerra de Yom Kippur
El 6 de octubre de 1973, en pleno día sagrado judío, Egipto y Siria lanzaron un ataque sorpresa para recuperar territorios perdidos, pero con ayuda masiva de Estados Unidos, Israel logró revertir la ofensiva. La crisis desencadenó el embargo petrolero árabe y abrió la vía a Camp David (1978), donde Egipto recuperó el Sinaí a cambio del reconocimiento a Israel. Sobre ambos lados hubo un terrible golpe.

1982: La Guerra del Líbano
La guerra del Líbano de 1982, fue la invasión israelí al sur y luego a casi todo el Líbano con el objetivo declarado de expulsar a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que lanzaba ataques desde ese territorio. La operación se extendió mucho más allá de lo previsto, llegando hasta Beirut, en donde provocó un colapso político. Y quizás algo peor.

Fue entonces en la Operación Paz Para Galilea, como se conoció esta guerra en Israel, cuando los hebreos desplazaron a los palestinos y los cercaron en campos de refugiados, en los de Zabra y Chatila, a los que dejaron entrar a los falangistas – sus aliados, y supuestos cristianos- quienes, durante tres días, del 16 al 18 de Septiembre, violaron y mataron, con barbarie paleolítica a miles de civiles refugiados, en estado de calamidad.

Proyectiles israelies golpeando la infraesttuctura palestina.

Estos eventos grotescos provocaron en el mismo Israel la constitución de una Comisión judicial que eventualmente destituyó a Sharon como Primer Ministro y asimismo una Comisión Internacional que exigía sanciones, a la vez que expresaba un cambio en la percepción internacional de la guerra y de la legitimidad de la causa judía, despojada de su argumento de legítima defensa.

LAS INTIFADAS Y EL PROCESO DE OSLO
Desde mediados de la década de 1980, la confrontación cambió de forma. En vez de guerras convencionales entre Estados, se instaló un conflicto de guerrillas urbanas y resistencia popular.

Primera Intifada (1987–1993)
Rebelión popular palestina en Gaza y Cisjordania contra la ocupación israelí. No venció militarmente, pero mostró que la ocupación era insostenible, justo cuando la Unión Soviética —viejo sustento de Egipto y de la OLP— colapsaba.

LOS ACUERDOS DE OSLO (1993)
Negociados en noruega y firmados en Washington, con Yasser Arafat por la OLP y Shimon Pérez por Israel. Los Acuerdos de Oslo previeron un traslado gradual de territorios que la partición original destinaba para ello, a una Autoridad Palestina transitoria, que debía evolucionar en Estado. (Incluso bajo Pérez se planificaron y construyeron viviendas para el retorno de refugiados a Gaza.) Pero al mismo tiempo se permitió la proliferación de asentamientos judíos nuevos, y el proceso se descarriló por el asesinato de Rabin en 1995 por un terrorista judío y los actos de terrorismo de Hamas y Hez bolá, desencantados con el engaño.

Segunda Intifada (2000–2005)
Tras el fracaso de las negociaciones de Camp David por incumplimiento estalló una segunda oleada de acciones guerrilleras, que fue mucho más extensa, y fue reprimida con violencia correspondiente por Israel previo a la militarización, los asesinatos selectivos, muros y controles. Coincidió su apogeo con el ataque del 11-S en Estados Unidos y la “guerra contra el terrorismo”, y esta coincidencia transformó el conflicto en Palestina en parte de la narrativa global de guerra contra el radicalismo islámico. Misma que desembocó en veinte años de conflictos en Afganistán, Irak, Siria, contra el Estado Islámico, y después Yemen y el Cuerno de África con sus secuelas.

Los llamados Acuerdos de Abraham de 2020 consiguieron luego normalizar las relaciones de Israel con varios de sus vecinos, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Marruecos y Sudán, y ese proceso después continuó con reconocimientos mutuos que se negociaban con Qatar y Arabia Saudita tres años después. Por un momento se pensó que habría más acercamientos, diálogos, al menos intercambios, aunque fuera en el ambiente enrarecido de la guerra.

DE LA LOCURA DE OCTUBRE AL ETNOCIDIO SISTÉMICO CONSENTIDO: NUEVA MUTACIÓN

En esta hoy Tierra Loca, que nuestros ancestros llamaban Tierra Santa, irrumpe sin embargo la incursión desesperada y horrorosa de Hamas del 7 de octubre de 2023, que inaugura una nueva fase trágica de violencia, provoca ataques indiscriminados a Gaza y luego sirve de pretexto para los bombardeos israelíes y estadounidenses contra Irán. Si no estás con ellos, ya se sabe, estás en su contra. Por supuesto que Israel tenía que perseguir, con todo, hasta que se devolviera al último rehén con o sin vida, y castigara a los responsables. No contra inocentes.

Lo ocurrido después de octubre 2023 —la degradación de una represalia, apoyada en una política de limpieza étnica que se degrada hasta un etnocidio incontinente— ejemplifica sin embargo la mutación maligna más reciente del conflicto. Igual que con las masacres de 1982, con la Masacre de la población inocente de Gaza se perdió el argumento de la legitima defensa. A diferencia de 1982, serían las propias armas israelíes las que ejecutarían directamente la barbarie de la vendetta.

Esa mutación responde a una transformación también de las partes. El Israel de hoy ya no es el de 1982. Ya no tiene freno ni pena; se ha quitado la máscara y la camisa de fuerza, de cierta forma ha dejado de ser un país democrático.

En instituciones internacionales, tanto la Asamblea de NNUU como la Corte Penal Internacional, las actuaciones de Israel en Gaza, han sido calificadas con toda crudeza como una destrucción criminal de la población civil.[7] Se trata de un consenso total y abundantemente documentado. Se oponen y abstienen de condenarlo solo los países chantajeados y quienes no quieren ver.

Miles de familias han sido obligadas a huir de ciudades bajo ataque israelí.

Gaza se ha convertido en un gran campo de exterminio, sin agua, sanidad, alimento ni medicina. Los organismos de la ONU registran más de doce mil niños muertos en los bombardeos, la gran mayoría menores de doce años. Muchos deberán morir de hambre como los sobrevivientes de las cámaras de gas. El Senador Bernie Sanders afirma que EUA ha subvencionado esa guerra en Gaza en los últimos dos años, es decir esos bombardeos ¡Con más de 22 mil millones de dólares!

Empeñado en impedir que el otro disponga de armas que el mismo posee, mientras invoca leyes que no cumple, Israel vuelve a bombardear Irán. Y bombardea Qatar no solo para destruir la dirigencia del palestino que parece ser su obsesión, si no por hacer alarde de un impunidad. Pero el bombardeo israelí de Irán, con incontables víctimas civiles ha sido incluso legitimado por un posterior bombardeo estadounidense de instalaciones de armas de destrucción masiva, que resultaron intactas según la inteligencia estadounidense, aunque, según Trump, fue el mayor éxito de la historia de la aviación militar. Nada se ha terminado.

Además de la flotilla con bandera británica en Túnez y del complejo diplomático en Qatar, Israel ha atacado a cinco países de la región en el último año, con incontables víctimas civiles, que solo son registradas como consecuencias no intencionadas, colateral damage. Pero el tempo se acelera. Mientras termino de editar este texto, leo que en las últimas 72 horas las armas israelitas han perpetrado cinco ataques fuera de sus fronteras, sin estar aun en guerra con nadie, porque eso de declarar la guerra ya es un romanticismo. Aunque como acepta Donald Trump con sus contradicciones…es ilegal. Y es causa belli.

La guerra en Medio Oriente — que de tan reeditada parece permanente— no puede entenderse desde retorica o la mitología, desde el periodismo anecdótico ni desde el análisis jurídico: la explican su historia, erupciones y pausas, los ciclos de sangre y fuego, y los pesos e intereses geoestratégicos cambiantes. Es una historia en la que la intervención extranjera abre espacio a actores secundarios, y muta la fuerza y el carácter de los protagonistas.

Con su círculo de fuego, Netanyahu parece decidido a destruir al palestino, aun al costo de destruir también al propio judío, y al mundo conocido, siempre y cuando conserve, aunque sea en la memoria el poder que ¿cree tener por delegación divina?

LOS RETOS: TODOS LOS IMPOSIBLES QUÉ SE OCUPAN PARA LA PAZ POSIBLE

El problema no son los rehenes, ni es solo Netanyahu. No habrá paz sin resolver los problemas de fondo, el racismo nacionalista y el injerencismo. Mientras las partes no se reconozcan y acepten sujetarse a la ley internacional olvidada, y a negociar sobre la base de lo real (en vez de los reclamos míticos) y lo justo.

La paz solo será posible cuando se reconozca el derecho de ambos pueblos a un Estado, al que se subordinen las fuerzas irregulares. El reconocimiento de dos estados solo tiene como alternativa, el establecimiento de uno solo, democrático y laico, en que todos tuvieran igualdad de derechos sin importar su origen, lo cual desde lejos parece aún más difícil y es rechazado en la práctica por unos y otros.

Son más cientos de miles de vidas palestinas -según fuentes- que han perdido la vida por los ataques y la hambruna masiva.

El reconocimiento del derecho de ambos pueblos a tener su propio Estado es fácil de afirmar: se ha afirmado muchas veces; pero hasta ahora ha sido imposible de materializar. Y se ha buscado volverlo imposible, apropiándose el territorio en que teóricamente tendría jurisdicción el otro. La devolución de Gaza y Cisjordania ha sido pactada en tres ocasiones con firma y sello. ¿Por qué no se va a poder hoy? También es necesario que los palestinos puedan armar un Estado responsable, sin interferencias, con capacidad administrativa, cooperación y crédito internacional.

En todo caso, todos los pobladores deberán tener garantizados sus derechos humanos, en cualquier país que residan; es cuestión de definición, si son humanos, esos derechos no dependen de la definición del gobierno o el Estado. Pueden llevar las disputas que surjan para resolver a las cortes internacionales competentes, inclusive los tribunales criminales internacionales, con horca y cuchillo.

Para alcanzar la paz será necesario asimismo un plan de reconstrucción de Gaza y Cisjordania, sin desalojos compulsivos ni proyectos colonizadores. Ambos pueblos tienen derecho a condiciones de habitabilidad, seguridad y tranquilidad;
La religión no debe seguir alimentando violencia, en la que se desvirtúan tanto el islam como el cristianismo, el judaísmo y el agnosticismo. Y todos los fanatismos deberían estar prohibidos en todo tiempo y lugar.

El análisis histórico destaca el riesgo de proliferación nuclear, y de un estallido inminente de consecuencias incalculables. El Medio Oriente debe ser desnuclearizado. También eso parece casi imposible, porque exige de una capacidad no demostrada de la institucionalidad internacional. Pero ¿acaso la convivencia de un Estado nuclear con un vecindario desarmado no es todavía más inconcebible? El prospecto de una guerra atómica en que Israel usa sus armas para destruirse junto con su enemigo, pero amenaza al mundo entero convierte esta guerra en preocupación de todos.

La comunidad internacional de las naciones debe actuar con unidad y coherencia en su exigencia de paz, no porque sea lo correcto, ni lo deseable o lo civilizado, sino porque el conflicto en el Medio Oriente, en su degradación actual, amenaza una conflagración de consecuencias inconmensurables.

Al final, será necesaria la bendición de las potencias en el Consejo de Seguridad. Se necesita la garantía de las Naciones Unidas, que debe recuperar su papel fundador, para el que fue creada de salvaguardar la paz mundial, y puede renovar su credibilidad en el proceso; pero si no, está muerta. La paz en el Levante devino ya una condición para la estabilidad y para la paz del globo, y, por ende, una exigencia de la humanidad. No habrá paz en el mundo mientras no haya paz en Medio Oriente. Que ya es una condición de la sobrevivencia de la especie.

Seul, 14 de septiembre de 2025

NOTAS

[1] Confieso mi posición personal: Este texto no tiene ninguna connotación de politica oficial autorizada. He seguido lo que ocurre en Medio Oriente, consciente desde niño, cuando escuché la guerra de 1956, de modo que soy testigo a distancia de esta historia. Soy hermano, padre, tío y abuelo de judíos por quienes ofrecería mi vida, y he sido agredido por alguien que me supuso judío por mi apariencia.

[2] En 1942 se escenificó una polémica entre los líderes políticos sionistas, encabezados por Ben Gurion, que proponían recrear un Estado exclusivo de una raza y una religión, y quienes pocos, como H. Arendt criticaban esa visión señalando que era raíz del antisemitismo europeo. Arendt proponía un modelo cosmopolita de Estado pluriétnico. Véase Eilenberger, Wólfram, El fuego de la libertad, pp. 282-285 (referencia cortesía de F. Guevara).

[3] Moncada, Leopoldo, septiembre 2, 2025, https://medium.com. David Ben-Gurion habló de la necesidad de “expulsar a los árabes y tomar sus lugares”, Chaim Weizmann comparó al pueblo palestino con “las rocas de Judea… que había que remover”, y Moshe Sharret sostuvo que había que librarse de la gran minoría árabe. Todos reforzaron la idea de un Estado judío exclusivo.

[4] H. Arendt previó que esa exclusión haría inviable la democracia, impondría un apartheid y obligaría a Israel a depender de potencias extranjeras, convirtiéndolo en colonia dependiente de los EUA, esto último igual es crucial para entender después la dinámica histórica. ¿Hay una estatua de Hanna Arendt en algún lado?

[6] Muchas potencias medias tampoco pueden sustraerse a la presión estadounidense. Camino a Qatar nadie vio al avión tanque. Aun adversando la guerra, España, por ejemplo, no pudo negar paso a aviones de abastecimiento bélico para Israel; Corea del Sur no puede negarse a ejercicios militares que generan conflicto con su vecino del norte.

[7] Moncada, Leopoldo, septiembre 2, 2025, https://medium.com. El autor demuestra que desde hace un año los organismos internacionales han concluido que, como consecuencia del mandato original de limpieza étnica, en Gaza se intenta extinguir la capacidad biológica del palestino, para reproducirse como pueblo.

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