La justicia hondureña nunca lo castigó en ocho años, aun cuando hay pruebas concretas que fue pieza clave para montar el fraude electoral de 2017 y, hoy, David Matamoros Batson, reaparece para insistir con el mismo crimen, que el “voto rural” favorece a Nasry Asfura del Partido Nacional.
Entre otras coincidencias, nuevamente el sistema del Consejo Electoral presenta caídas y ya se confirmó que no funcionó la Transmisión de Resultados Preliminares (TREP), sumándose la injerencia de Donald Trump y la denuncia de votos inflados que ayer hizo la candidata Rixi Moncada.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. El fraude electoral de 2017 contra la Alianza de Oposición Contra la Dictadura, fue un escándalo mundial llevado a un punto en que Organización de Estados Americanos (OEA), sugirió repetir todo el proceso; ocho años después el principal conspirador, David Matamoros Batson, ha reaparecido con el Partido Nacional para insistir que el peso fuerte de los votos está en la zona rural.
Tras el escándalo de 2017 la institucionalidad hondureña fue “recompuesta”, se eliminó el Tribunal Supremo Electoral (TSE) –presidido por Matamoros Batson en el fraude– y se creó el Consejo Nacional Electoral (CNE) y Tribunal de Justicia Electoral (TJE).
Pero no hubo ni una sola acción judicial contra Matamoros Batson, al contrario, su hija Andrea Matamoros fue premiada por Juan Hernández –reelecto ilegalmente– como alta funcionaria de su segundo período 2018-2022 y años más tarde él mismo fue nombrado para el Parlamento Centroamericano (Parlacen), el cual le otorga cierto grado de inmunidad.


El controversial exfuncionario reapareció ayer como parte del equipo de “especialistas” del presidenciable Nasry Asfura, abordado por medios de comunicación ha dicho descaradamente que, al igual que en 2017, el voto rural le da la victoria a su partido.
Según Batson, “las actas que recibimos favorecían a Salvador Nasralla, porque eran del área urbana” e insistió que el voto rural “nos favorece muchísimo”, porque a su juicio más del 70 por ciento de hondureños habita en pueblitos desolados.
“Es que mire, el voto rural… La gente aquí vota el 50-55 por ciento en las ciudades, San Pedro Sula ha sido donde menos se vota. Pero si se va al área rural, 70-72 por ciento de la población. Entonces tiene una incidencia muy grande, la carga es como el 45 por ciento del país, pero votan más.
La presencia pública de Batson coincide también con fallas en el sitio web del CNE, ayer durante varias horas el sistema de divulgación se reportó caído y, según múltiples denuncias, desde la medianoche se había hecho pausa en el registro de datos.


En 2017, tras el primer computo entregado recién a las 2:00 de la mañana, del 27 de noviembre, el sistema del extinto TSE dejó de documentar datos –según informes de misiones de observación y auditoria de EL LIBERTADOR–, el conteo se retomó hasta el martes 28 para ser frenado nuevamente el miércoles 29 de noviembre.
Desde ese momento la que era una ventaja irreversible para Salvador Nasralla –entonces candidato de la Alianza–, pasó a ser una remontada absurda, nombrada “curva de Batson”, porque precisamente se justificó que el voto rural era suficiente a favor de Juan Hernández.
Pero este argumento no surgió en el TSE, desde el 26 de noviembre –día de las elecciones–, el periodista Renato Álvarez de Televicentro y el “funcionario de funcionarios”, Arturo Corrales, hicieron “advertencia” de ese voto para revertir cualquier tendencia.
Finalmente, el fraude electoral fue avalado por Estados Unidos, a través de su encargada de negocios, Heide Fulton, quien participó en el conteo de votos “planchados”, papeletas sin doblez –es decir, recién impresas– que entraron a un escrutinio “especial” para imponer a Hernández.
Y una particularidad, en 2017 Donald Trump era el presidente de EE.UU., justo como en este 2025, teniendo incluso mayor protagonismo pues, a días de elecciones dijo apoyar al Partido Nacional e incluso otorgó un indulto a Hernández quien, en 2024, fue condenado a 45 años de prisión por conspirar para traficar droga a Norteamérica.

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