El auge de espacios de citas por línea y las redes sociales han convertido las relaciones en actos mecánicos y desprovistos de emoción. La sexóloga Issis Romero advierte: «Ya no hay conquista, ni preámbulo; solo importan los genitales».
Esta digitalización, lejos de acercarnos, profundizan la desconexión, afectando la capacidad de las nuevas generaciones para construir relaciones auténticas. «Hay quienes buscan solo sexo o evaden compromisos, e incluso estafadores», advierte la sexóloga Romero.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. El celular se encendió con la notificación que llegó en horas de la tarde; era la confirmación para una cita que la joven Osiris Virginia Reyes esperaba con ansias. A sus 24 años, el deseo de aventurarse a lo desconocido la envolvía, sin saber que la conducía a un trágico desenlace.
El cupido no era alguien tangible, ni la casualidad; el siglo XXI ha revolucionado las intersecciones humanas con la irrupción de las plataformas sociales, como Facebook, la encargada de llevar a Osiris ante su verdugo.
Poco a poco, lo que comenzó como una amistad virtual se transformó en algo más profundo; ella confiaba en la persona que se escondía tras una pantalla; sin embargo, la tragedia ya estaba escrita. Fue una cita en línea que terminó con la vida de aquella joven. Su cuerpo fue encontrado días después en Santa Ana de Yusguare, Choluteca, consumido por el tiempo, el abandono y la crueldad, de lo que se convertiría en un problema creciente: las citas en línea.
¿PELIGRO INVISIBLE?
Y, es que, en la era de las aplicaciones, encontrar pareja parece más accesible que nunca, con solo deslizar el dedo por la pantalla, un clic y, de pronto, tienes a tu alcance miles de perfiles de personas que buscan lo mismo: amor, amistad o una simple conexión.
Sin embargo, detrás de esta aparente comodidad, se esconden riesgos que muchas veces pasan desapercibidos hasta que ya es demasiado tarde. El anonimato de las plataformas, combinado con la urgencia de encontrar compañía en un mundo acelerado, ha convertido a estas aplicaciones en un terreno fértil para estafadores, manipuladores emocionales e incluso personas con intenciones peligrosas.
Desde perfiles falsos diseñados para engañar emocional y económicamente, hasta encuentros que terminan en acoso o violencia, las historias de quienes han sido víctimas comienzan a cuestionar el verdadero impacto de estas plataformas en la sociedad.
VÍNCULOS FRÁGILES
Más allá de los peligros evidentes, surgen preguntas sobre cómo estas herramientas están moldeando la forma en que las personas construyen relaciones. ¿Qué tan auténticos son los vínculos que nacen en un espacio donde las apariencias pueden ser fácilmente manipuladas? ¿Qué sucede con la autoestima y las emociones cuando una conexión se basa en un “me gusta” o un rechazo instantáneo?
Para explorar a profundidad el tema, EL LIBERTADOR conversó con la reconocida psicóloga y sexóloga Issis Romero. Con una mirada crítica, la profesional señala que la virtualidad, aunque repleta de ventajas, puede convertirse en un arma de doble filo si no se maneja con responsabilidad, “las generaciones actuales están inmersas en una cultura ‘light’, donde todo se consigue con el menor esfuerzo posible”.
A su juicio, el fácil acceso a la pornografía ha tergiversado la idea de lo que debería ser un encuentro sexual sano, saludable y verdaderamente placentero, generando una desconexión entre lo físico, lo emocional y lo humano.
SEXO SIN ALMA
Romero reflexiona sobre cómo, en la actualidad, el sexo se ha reducido a un acto físico inmediato, despojado de la emoción y la conexión humana que alguna vez fueron esenciales. “Hoy por hoy, el sexo se vive de una forma tan ligera que puede ser incluso peligrosa, porque ya no hay conquista, no hay preámbulo ni enamoramiento previo”, señala la experta.
Además, para ella, esos momentos previos son los que nos ayudaban a conocer y valorar a los demás. Sin embargo, se ha transformado el encuentro íntimo en algo mecanicista, donde lo único que importa son los genitales, como si fueran los únicos protagonistas del acto.
A esto se suma la influencia de las plataformas de citas y las redes sociales que, aunque prometen conectar a las personas, en muchos casos solo profundizan la desconexión.
Romero observa con preocupación cómo las nuevas generaciones se están acostumbrando a interactuar más a través de una pantalla que en persona, lo que está afectando su capacidad para desarrollar relaciones saludables y auténticas. “Recuerde que a través de las redes sociales nosotros nos escudamos y podemos escribir y borrar todo lo que queramos.”
PELIGRO EMERGENTE
La profesional destaca que las plataformas virtuales no son exclusivas para personas emocionalmente inestables, sino que han facilitado la vida de muchas, especialmente en un mundo donde la agenda está cada vez más apretada.
Opina que estas herramientas permiten acortar distancias y encontrar personas con intereses, pasatiempos y gustos similares, lo que hace que las conexiones sean más accesibles y rápidas. Además, explica que la tecnología permite ahorrar tiempo y dinero, ya que no es necesario salir a citas costosas cuando se puede comenzar a conocer a alguien a través de la virtualidad.
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Sin embargo, advierte que hay quienes buscan un tipo de relación mucho más superficial; aquellos que van directamente al grano, buscando únicamente sexo, son los que evaden el compromiso o buscan aprovecharse de la plataforma para obtener algún beneficio inmediato. “Hay que tomar en consideración todos los riesgos; también detrás de estas plataformas se puede esconder una gran cantidad de estafadores, acosadores y delincuentes”, acotó.
VACÍO EMOCIONAL
La psicología alerta sobre los peligros del sexting (intercambio de videos y fotografías sexuales a través de plataformas digitales), un fenómeno que, aunque comúnmente se asocia con los adolescentes, también afecta a adultos mayores.
Lo preocupante —señala— es que en muchos casos estas imágenes terminan siendo utilizadas para extorsionar a las personas involucradas, generando consecuencias graves y traumáticas.
Romero también advierte sobre los efectos emocionales negativos que pueden surgir del uso de plataformas de citas; explica que, aunque estas aplicaciones permiten a las personas conocer a mucha gente, señala que muy pocas logran concretar un vínculo afectivo real, lo que deja a los usuarios con una sensación de soledad y vacío: “se sienten como si no fueran suficientes o como si nunca encontraran a alguien con quien realmente hacer ‘match’”.
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